“Mis hijos casi nacen en la fábrica”

Patricia Martín es responsable de Calidad en Quesería La Antigua. Hace 17 años que forma parte de esta familia, y desde entonces, mucho han cambiado las cosas.

Echamos la vista atrás desde los ojos de Patricia para conocerla un poquito más y recordar con nostalgia cómo llegó y cómo fueron sus comienzos en Quesería La Antigua.

¿Cómo llegaste a Quesería La Antigua?

Después de terminar mi ingeniería en Zamora me seguí formando con un master en Valladolid con el que tuve la opción de hacer prácticas en Cobadú. Mi director del master, conocía a Jesús y Fernando, que acababan de abrir la quesería en Fuentesaúco y se puso en contacto con ellos para que continuara las prácticas.

¿Y cómo fueron esos inicios?

Uf, nada tiene que ver con lo de ahora. Siempre recuerdo ¡¡la de moldes que lavé! Cuando yo empecé sólo trabajaban 4 personas, Manuel en recepción y Javi, Angel y Tere en fábrica. En aquel momento el trabajo físico era muy grande. Todo se hacía a mano, se lavaba a mano y se fabricaba a mano. Otra chica y yo que hacía las prácticas conmigo fregábamos todas las tardes moldes con Tere. Así empece.

Y de ahí, ¿al departamento de calidad?

La verdad es que yo he hecho de todo en la empresa como es normal cuando es pequeña y hay poco personal. He hecho lo primero de todo: hice los primeros “Educas”, fui con Fernando a las primeras mesas de queso, (súper embarazadísima), fui a las primeras ferias artesanales…

Y respecto a calidad recuerdo que en 2007 fuimos los primeros en conseguir las dos certificaciones, BRC “British Retail Cosortium y la IFS “International Food Standard”. Hubo otras queserías, pero sólo nosotros conseguimos las dos certificaciones en ese año. Y a partir de ahí nos hemos ido adaptando cada año a los requisitos que nos han demandado

¿Cómo es tu día a día en la fábrica?

Yo me paso la gran parte del tiempo abajo en fábrica, porque creo que, si no ves, no te enteras, por eso me gusta estar pendiente del trabajo de los chicos. Es verdad que el día a día no me deja mucho tiempo para sentarme delante del ordenador, por eso prefiero dedicarme al trabajo de oficia por la tarde.

 Y una vez que llegas a casa… ¿Está prohibido hablar de queso?

Si, está prohibido (risas), si no nos volveríamos locos. Ángel, mi marido, trabaja aquí también, por tanto, no somos de los que, al terminar la jornada laboral, nos contamos cómo ha ido el trabajo. En casa se habla de todo menos de trabajo.

¿Te imaginabas al terminar la carrera trabajando aquí?

La verdad es que no. Yo iba a trabajar en otra quesería (no sé si se pueden decir marcas, así que por si acaso te lo cuento cuando acabe la entrevista). En mi casa querían que hiciera oposiciones, pero no les hice caso, pero sí que pensé que al acabar aquí las prácticas iría a esa otra empresa quesera. Y ya llevo 15 años.

¿Recuerdas las primeras fabricaciones?

Si, los primeros procesos de elaboración de queso no tienen nada que ver con lo que fabricamos ahora. Cuando yo empecé se fabricaban 4.000 litros, ahora son 27.000. Las cubas eran abiertas, había que fregarlas a estropajo y los moldes eran diferentes y no hay lavadora de moldes, todo como te decía antes había que hacerlo a mano. Si no recuerdo mal yo hice el lote 120 y empezó Fernando conmigo, aunque yo ya había hecho fabricaciones porque mi proyecto de fin de carrera era de fabricación de queso. Al acabar las prácticas hicimos un curso en Santander. Fernando todo lo queria probar, hicimos muchas locuras para probar cosas nuevas.

De todas las variedades de queso que hay en Quesería La Antigua, ¿Cuál es el más longevo?

Lo primero que se empezó a elaborar fuera del queso tradicional fue el queso de manteca y romero porque había clientes en Andalucía que buscaban ese queso que ellos habían comprado a otros fabricantes. Después ya se añadieron otros como pimentón, pimienta… el tempranillo vino después y las especialidades fue ya muy posterior.

¿Tienes buenos recuerdos de los inicios de la Quesería?

Sí, me acuerdo con nostalgia de muchas cosas, íbamos a todas las ferias, eran ferias distintas, no contábamos casi con personal y tirábamos de familiares y allegados para ayudarnos. Los diseños para catálogos y promociones los hacíamos nosotros, no es como ahora que contamos con profesionales del diseño, nos tirábamos horas haciendo las fotos y los textos.

Mira si tengo buenos recuerdos que mis hijos casi nacen en la fábrica

¿A sí? Cuéntame eso

En el primer embarazo yo trabajé hasta el último día, tanto que rompí aguas aquí en la fábrica, así que me tocó salir corriendo a Salamanca y mi hija nació al día siguiente.

Y el segundo, ya por miedo un poco a repetir la historia, la última semana me quedé en casa, y gracias que fue así, si no, nace por el camino porque no nos dio tiempo a nada. A sí que ellos han vivido en la barriga el súper estrés que había antes y más en la época de primavera en la que ellos nacieron cuando teníamos más fabricaciones.

En este vigésimo aniversario de Quesería La Antigua, ¿Qué les deseas?

Yo he visto el buen hacer y el buen trato que han tenido siempre los socios, tanto, que muchísima gente se ha creído siempre que Jesús y Fernando eran hermanos. Ahora me gustaría que ese “buen rollo” continuara con sus hijos y sepan mantener el buen trato que siempre han tenido, entre ellos y con la gente, claro.